Youkali.

Ya no puede soñar ni cuando cierra los ojos. Fuerza divagaciones con la débil esperanza de lograr el escapismo. Sus pies sobre la Tierra. Sus zapatos, en Marte. Quizá se haya dejado tanto llevar que algo se haya ido sin ella, a algún lugar de gris en matices. Rechaza lo artificial mientras busca en cada duermevela, para entrarse. Menudo vuelo de espanto.
Es probable que haya viajado ajena a su voluntad, a cada consulta médica, a cada baño que llora en secreto.
Es posible que sea el timón que dirige el desliz de las lágrimas, que sea la sombra de las noches a oscuras.
Y a veces, a ratos cortos, descubre su efecto somnífero. Y que sorprendentemente, despierta.

Yes, yu can | donde la musica nos lleve

Vuelve a los saltos vacíos
Se llena a ratos cortos.

Harta de que el tiempo tarde lo mismo
no hacen falta grandes techos
ni que los sillones descansen bajo el mismo dueño
Guiña y sigue escuchando, la lleva lejos. El diluvio fuera de ese cuarto, da igual. Ya no está allí: escapismos funambulistas sobre las cuerdas. Están con ella.
Un lugar es un conjunto de recuerdos hechos. La última canción, hace. La primera toma de contacto con esa melodía, la llevó allí otra vez. Le pareció plena.
Hoy, 23 de febrero, a las 14:00h, le gustaría agradecer a todas las personas que conforman lugares, sus lugares, y que le hacen viajar a ellos.